Este pueblo medieval, encaramado en las alturas del Lauragais, ofrece una vista excepcional de los Pirineos y la Montaña Negra y una rica historia.
Saint-Félix Lauragais tiene su origen en el establecimiento de un pequeño campamento romano en el montículo llamado "Des 3 moulins", ya que la colonia romana se había establecido en Saint-Julia. La población creció y el campamento se transformó en un castrum visigodo. Los arqueólogos descubrieron tumbas, hebillas de bronce, frascos de lágrimas...
Alrededor del siglo X, se estableció una plaza señorial con la construcción de un castillo, en la colina, frente a los 3 molinos. El señorío de Guillaume JOURDAIN (1035) es fuerte y reconocido en la región de Toulouse. Este castillo medieval será totalmente destruido por Simón de Montfort durante la cruzada albigense. De sus cenizas renacerá el actual castillo, y se toma la decisión de crear una nueva ciudad junto al castillo.
¿Bastide o Castelnau? ¡Bueno, un poco de ambas! Este pueblo está construido según las características de una bastida (una plaza central con un mercado cubierto, un campanario, calles según el plano del damero, murallas...) administrada por cónsules, pero el que decide en última instancia, el que tiene todo el poder, es el señor, que vive al final del pueblo en su castillo! Por lo tanto, Saint-Félix no es una bastida sino un Castelnau.
